Queso curado vegano con hierbas
En esta ocasión les traemos una receta que si bien, puede parecer laboriosa, no lo es en absoluto. Lo único que requiere es un poquito de coordinación previa para tener los elementos e ingredientes necesarios listos en el momento de su elaboración.
Sinceramente, podemos asegurar, sin temor a equivocarnos que es una receta muy muy simple y rápida, además si observamos con detenimiento, de esta receta se obtienen más productos saludables para consumir en otras preparaciones, como por ejemplo: Los germinados para preparar el Rejuvelac, luego de haber preparado esta bebida fermentada, podríamos ponerlos en una ensalada o en una sopa viva y comerlos directamente. En cuanto al Rejuvelac, si inicialmente hacemos una buena cantidad, podemos simplemente beberlo como bebida refrescante, también podremos utilizarlo en un Zumo verde e inclusive reservar un pequeño vaso como iniciador de un kimchi.
De modo que, con los pasos previos para hacer esta receta, ya estamos dando otros pasos saludables hacia un alimentación más viva y depurativa.
La importancia de los fermentos
Todos los alimentos fermentados nos aportan una cantidad de beneficios incontables debido a las bacterias que participan en su fermentación. Se sabe que las bacterias son las que sintetizan la, tan controvertida vitamina B12 que necesitamos.
Pero, también se sabe que las bacterias que forman nuestra flora intestinal se encargan entre muchas otras cosas, por ejemplo, de una parte importante de la digestión de los alimentos que ingerimos, de la regulación y secreción de algunas hormonas o, inclusive intervienen en gran medida sobre nuestro estado de ánimo. También sabemos que, a nivel externo se encargan de la síntesis de la vitamina D que ocurre cuando tomamos el sol.
Pero, a diferencia de los quesos de leche animal, por ejemplo, los quesos veganos nos aportan una parte importantísima de esos beneficiosos fermentos, sin la problemática de los lácteos, ya que estos últimos contienen caseína. Una proteína animal que además de producir adormecimiento intestinal y mental, puede producir cierto nivel de adicción hacia el consumo de más cantidad de productos de este tipo, lo cual, no es deseable en absoluto.
Por estas y muchas otras razones, los animamos a probar esta exquisita y saludable receta de queso curado vegetal
Pasos previos:
- Preparar el rejuvelac unos días antes (se puede reemplazar por Miso sin pasteurizar disuelto en 150 ml de agua tibia)
- Activar semillas o frutos secos la noche anterior con agua hasta cubrirlos.
Elementos que necesitarás:
- Paño de tela o bolsa de hacer leche vegetal
- Goma elástica o hilo fuerte
- Rejilla de cocina (nos vale un posacalderos)
Ingredientes:
- 250 g de pipas de girasol, almendras o anacardos activados previamente
- 125 ml (media taza) de rejuvelac o 2 cdas de Miso (sin pasteurizar) o algún otro fermento por ej. el contenido de una cápsula de probióticos
- 2 cucharadas de zumo de limón
- 2 cucharadas soperas de levadura nutricional
- 1 ajo pelado
- 1 cucharadita de sal
- 1 pizca de pimienta
- 1/4 taza de hierbas secas y molidas: tomillo, romero, orégano (elección a gusto)
Preparación:
Descartar el agua de remojo de las semillas o frutos secos, ponerlos en la batidora junto con el rejuvelac (miso o el fermento que elijas) y batirlos hasta obtener una mezcla homogénea
Agregamos a la mezcla todos los ingredientes restantes excepto la mezcla de hierbas y volvemos a batir
Vaciamos el contenido de la batidora en un paño de tela grande limpio (o bolsa de hacer leche vegetal) y haciendo una “bolsa” con él lo colgamos de algún sitio que esté bien ventilado con una bandeja o bowl debajo que haga de escurridor para recoger el suero que escurrirá
Pasadas unas 10 o 12 hs sacar el queso de la tela y darle la forma deseada con nuestras manos.
Poner las hierbas molidas en un plato o bandeja y rebozar el queso hasta que quede totalmente cubierto por ellas. Hay muchas alternativas a las hierbas molidas, y te invitamos a que desarrolles tu creatividad, por ejemplo reemplazando las hierbas por pimentón ahumado, curry o cualquier otro condimento que te guste. También puedes agregar otros ingredientes a la masa como semillas de amapola para cambiar la textura a un queso más aireado y ligero.
¡Listo, a partir de aquí solo es esperar!
Si quisiéramos podríamos comer el queso así mismo (más fresco), pero si logramos “aguantar nuestras ansias” de probarlo, podremos degustar un queso mucho más intenso y de sabor concentrado que realmente merece la pena probar.
Si decides esperar te recomendamos que lo dejes estacionar unas 2 semanas sobre una rejilla o un plato del revés dándole la vuelta cada 12 hs en un sitio bien aireado y fresco en lo posible. (nos vale un posacalderos como rejilla)
Es importante curarlo en un sitio bien ventilado para evitar la formación de moho, que, si apareciera, sólo debemos raspar bien con un cuchillo para quitarlo y quedaría listo para comer.
¡A disfrutar!