¿Qué es la tristeza?

Las emociones (parte 3/7) – La tristeza

En nuestro post anterior ¿Conoces tus emociones? indicábamos que la tristeza es una emoción primaria, de acuerdo a la clasificación de Paul Ekman. En este post quiero analizar contigo esta emoción para poder entenderla mejor y usarla a nuestro favor.

¿Qué es la tristeza?

Sentimos tristeza cuando existe pérdida de algo importante para nosotros, bien sea la pérdida de un ser querido, un objeto, por el distanciamiento con alguna persona querida, cuando nos han defraudado, con una mala noticia, etc.

¿Para qué sirve la tristeza?

Si observamos esta emoción desde una perspectiva evolucionista y saludable podemos decir que sentir tristeza nos ayuda a recuperarnos emocionalmente de esa pérdida, generando nuevas estrategias y planes, nos conduce al cambio. Esto es gracias a la bajada de la actividad mental y cognitiva, que nos hace más instrospectivos. Si observamos la emoción de una forma objetiva, como si fuéramos espectadores, ésta nos ayudará a pasar y superar el duelo correspondiente. No perdura en el tiempo.

Por el contrario, si la tristeza se repitiera en el tiempo, estaríamos ante una emoción no saludable. Muchas veces nos abrazamos a la tristeza tras una pérdida de un ser querido, una separación o por cualquier otro motivo, y no gestionamos ni pasamos correctamente el duelo, y es en estos casos cuando la emoción queda anclada o enquistada y aparece en el tiempo frecuentemente. De la misma forma que con el miedo, la Terapia Regresiva ayudaría muchísimo a volver al pasado y trabajar sobre esta emoción anclada.

La tristeza como emoción secundaria aparece enmascarando otra emoción, como por ejemplo la rabia. En estos casos veremos que la persona expresa primero su ira y luego llora desconsoladamente, pero la emoción predominante no es la tristeza, sino la rabia la que hay que trabajar.

No podemos confundir la tristeza con la depresión. La tristeza es un estado de ánimo, pero la depresión es un trastorno del estado de ánimo. Una tristeza no gestionada y enquistada en la que el proceso de duelo no se ha realizado y se ha huído de la emoción, la cuál se está repitiendo en el tiempo, puede convertirse en una depresión. La diferencia entre ambas es que en la depresión existe una desgana crónica generalizada en la persona, se trata de un estado de apatía y desesperanza, una falta de energía y voluntad. La persona depresiva no es capaz de identificar la situación de tristeza que le ha llevado a esta depresión, mientras que la persona triste si.

Suele usarse esta emoción como método de manipulación, mostrando tristeza a alguien “tocamos” su corazoncito y conseguimos lo que queremos. Si este patrón lo repetimos muchas veces en el tiempo podríamos estarlo adoptando como una conducta “cotidiana”, así que debemos observarnos atentamente.

Y ¿cómo se refleja en nuestro cuerpo?

Cuando la emoción de la tristeza se activa, podemos sentir una apatía y falta de apetito pasajero, y se activan nuestras ganas de llorar y de alejarnos de nuestros círculos para vivirla en soledad o, por el contrario, buscar a otra persona que nos consuele y/o escuche.

Según Paul Ekman, la tristeza se expresa en nuestros rostros con la caída de los párpados superiores y de los labios, que se arquean hacia abajo. Se puede ver también que la mirada está perdida, no está focalizada en el punto de atención.

¿Cómo puedo gestionar la tristeza?

Como ya hemos indicado en entradas posteriores, una terapia que ayuda muchísimo a equilibrar nuestras emociones cuando éstas son patológicas y por tanto hay un desequilibrio es la de Flores de Bach.

La meditación, como práctica para estar en el presente, en el aquí y ahora, es una muy buena opción. La meditación nos aleja del pasado, que ya no existe, y nos trae al presente, lo verdaderamente importante.

Rodearte de personas que sepan escucharte y que te ayuden a transitar el duelo, es otra forma de superar la tristeza. Es importante tener un hombro donde llorar si lo necesitamos, y una persona con la que verbalizar lo que sentimos.

El ejercicio físico también es súper importante ya que cuando lo realizamos hay una generación de endorfinas, una sustancia química que estimula las zonas del cerebro donde se generan las emociones placenteras y sentimos un bienestar generalizado.

Acompaña siempre todas estas acciones con una alimentación fisiológica.

¿Qué herramientas usas tu para gestionar tu tristeza? ¡Compártelas con nosotros!


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