Las emociones (parte 5/7) – La alegría
Hoy toca hablar sobre una de las emociones primarias o básicas más positivas. Hasta ahora hemos hablado sobre el miedo, la ira y la tristeza, emociones que generan malestar. En nuestra entrada ¿Conoces tus emociones? puedes leer más sobre las emociones en general y conocer la clasificación de Paul Ekman.
¿Qué es la alegría?
Podemos definir la alegría como una emoción agradable, positiva y placentera que aparece ante algún estímulo, como por ejemplo cuando logramos un objetivo, con una buena noticia, ante la caricia de alguien, etc.
La alegría es una emoción pasajera, tiene una duración limitada en el tiempo, es momentánea. Esto es lo que la diferencia de la felicidad, la cuál podemos definir como un estado de ánimo duradero en el tiempo y de poca expresión. Si alguien nos regala un ramo de flores, estaremos alegres, es algo puntual, con el pasar de las horas o días esta emoción desaparece; pero ser felices es el estado en el que vivimos porque tenemos salud, trabajo, estamos bien a nivel personal, etc. y porque no nos falta nada de lo que deseamos. Si nos fijamos, en las líneas anteriores hemos indicado “estaremos alegres” y “ser felices”, el verbo utilizado en cada expresión nos da la pauta para ver también la diferencia que explicábamos: estar = estado transitorio y ser =estado permanente.
¿Para qué sirve la alegría?
Cuando esta emoción se activa, se liberan endorfinas, serotonina y dopamina, lo que llamamos hormonas de la felicidad. Podría decirse que es una emoción que, a raíz de la liberación de estas hormonas que hacen que se produzca en nosotros un estado agradable, nos ayuda en cierta forma a preservar la existencia de nuestra especie. Es una emoción adictiva, una vez hemos probado los placenteros beneficios de vivirla, la persona hace todo lo que se encuentra a su alcance para poder experimentarla de nuevo.
Cuando la alegría es una emoción primaria saludable nos ayuda a hacer frente a retos y problemas por la energía que tenemos. Además esta emoción, al igual que cualquier otra emoción positiva, nos ayuda a mejorar el sistema inmunológico y reduce el estrés. La calidad del sueño aumenta, al igual que el binestar general y la creatividad, hay mejoras a nivel físico y mental en general. Todos estos son motivos por los que la vida de una persona puede alargarse, de ahí que hayamos indicado en el párrafo anterior que es una emoción que ayuda a la supervivencia de la especie humana.
Como todas las emociones, podría volverse patológica y duradera en el tiempo, y hablamos entonces de una emoción no saludable. Es el caso de las personas que no necesitan dormir muchas horas, que son hiperactivas, extremadamente extrovertidos y competitivos, etc. Hay un estado permanente de euforia, una sensación de bienestar pero con una intensidad extrema y no saludable todo el tiempo. En estos casos las personas dejan de ver su vida de forma objetiva y pierden el control de la situación.
Para corregir el desequilibrio de una alegría exacerbada se pueden utilizar las Flores de Bach, cuyo objetivo precisamente es equilibrar las emociones para que el cuerpo mental y físico estén también en equilibrio.
Y ¿cómo se refleja en nuestro cuerpo?
Cuando la alegría se activa, frecuencia cardíaca y la presión sanguínea aumentan. En el rostro aparece siempre una sonrisa, se elevan las mejillas y los párpados y, dependiendo del nivel de alegría, la persona puede experimentar ganas de reír a carcajadas, ganas de salir corriendo o saltar.
¿Cómo expresas tu alegría? ¿Es una emoción frecuente en tu vida?
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¿Qué puedo hacer para estar alegre más a menudo?
Desde mi punto de vista, lo más importante para estar alegres es conocerte a ti mismo, ya que de esta forma sabes qué te produce placer y puedes ir en busca de ello.
Aprender a ser asertivos también es una forma de entrenar la alegría, ya que aprendes a gestionar situaciones y límites pero sin herir al otro y sin caer en otras emociones como la ira o el enfado.
Importantísimo es también cambiar nuestra forma de pensar. Tenemos que aprender a ver el lado positivo a las cosas, aunque nos parezca que estamos en la peor situación. Pensar de forma positiva y no entrar en el círculo vicioso de la negatividad nos va a ayudar a mantener un estado placentero y a ser felices de forma prolongada.